Y en México todos somos felices...
Hace poco recibí in correo electrónico con una presentación que denunciaba la tragedia de la venta de más del 55% del territorio original de México a EE. UU. y cómo ambos gobiernos han acordado no hablar más de ello.
El mensaje continúa en un tono indignado y mostrando deseos de reclamar (o al menos denunciar) al país ladrón frente a la comunidad internacional, expresando un deseo de despertar la misma indignación entre los mexicanos. Los datos presentados son indignantes, pues muestran la corrupción de los dirigentes de ambos países en un tratado que, finalmente, modificó hasta la fecha los límites de ambas naciones, proporcionando al país del norte cerca de la mitad de su extensión territorial actual.
Cabe aclarar que no debemos anhelar lo que Dios nos ha quitado, mucho menos, desearlo porque quisiéramos tener los estados (ahora) norteamericanos con un gobierno Mexicano como el nuestro.
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” — Romanos 1:16-17.
miércoles, 27 de enero de 2010
¿Qué fue lo que pagó Cristo?
Recibí este correo de una persona muy bien intencionada:
El 16 de julio de 2009 07:36, ***********; escribió:Aquí está la respuesta que le envié:
>
> Un día Satanás y Jesús estaban conversando.
>
> Satanás acababa de ir al Jardín del Edén, y estaba mofándose y riéndose
> diciendo:
>
> Si Señor. Acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá abajo. Les
> tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían resistir.
> Cayeron todos!
>
> ¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús.
>
> Ah, me voy a divertir con ellos. Respondió
> Satanás. Les
> enseñaré como casarse y divorciarse, cómo odiar y
> abusar uno del otro, a beber
> y fumar y por supuesto, les enseñaré a inventar
> armas y bombas para que
> se destruyan entre sí. Realmente me voy a divertir!
>
> ¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús.
>
> Ah, los mataré. Dijo Satanás con la mirada llena de odio y orgullo.
>
> ¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús.
>
> Ah, tu no quieres a esa gente. Ellos no
> son buenos. ¿Por qué los querrías tomar.. Tu los tomas y ellos te odian.
> Escupirán a tu
> rostro, te maldecirán y te matarán. Tu no quieres a esa gente!!
> ¿Cuánto? Preguntó nuevamente Jesús.
> Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió:
>
> Toda tu sangre, tus lagrimas, y tu vida.
>
> Jesús dijo:
> HECHO!
>
> Y así fue como pago el precio.
>
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